Hijas de la luna

Quien iba a pensar que el día de las madres, una fecha que se ha vuelto bastante comercial, remonta sus orígenes a la antigua Grecia donde se le rendían honores a Rea, la madre de varios dioses incluyendo a Zeus y Poseidón. El símbolo de Rea es la luna, que para mi ésta simboliza a la mujer. Una mujer mágica, profunda, fecunda y misteriosa que pasa por fases diferentes en donde se renueva, se transforma y crece.

Con un poco de historia y misticismo, este 10 de mayo (porque en México se ha celebrado en esta fecha desde 1911 aunque se institucionalizó en 1922) festejaré mi primer día de las madres en compañía de mis hijas. Por azares del destino me toca celebrarlo en México y no en Estados Unidos. Y aunque allá también lo hubiera festejado el 10 de mayo por coincidencia, porque ahí lo festejan el segundo domingo del mes, no hay nada como estar en casa para celebrarlo y compartirlo también con mi mamá, que ahora es abuela, y con mi hermana que trae a mi sobrin@ en camino.

Haciendo un recuento de lo que han sido estos primeros ocho meses de ser mamá, creo que como la luna con sus distintas fases hoy estoy viviendo una de las más desafiantes y agotadoras pero a la vez la más gratificante y emocionante.

Hoy ya no tengo tiempo de hacer las mil y un cosas que hacia antes de tener a María y a Jimena. Apenas y me logro organizar para poder ir a mis clases de yoga, escribir este blog y tener tiempo de calidad con mi esposo. Pero una y mil veces agradezco a la vida que mis hijas me hayan escogido como su mamá, de entre todas las mujeres posibles en este planeta.

Hoy tengo tiempo para quererlas, abrazarlas, aplaudirles cuando se sientan, cuando balbucean, cuando ya logran arrastrarse de un lado al otro. Tengo el tiempo para levantarme a la mitad de la noche cuando se despiertan, para prepararles sus primeros alimentos, bailarles, leerles y cantarles.

Definitivamente estos primeros meses con María y Jimena me han hecho un ser humano mejor, más sensible, más paciente, más creativo, más pausado, más vivo. Estas niñas han venido a llenar mi vida de aún más vida. Así que aunque hoy tengo unas ojeras que no se quitan fácilmente con el maquillaje y unas cuantas canas, no cambiaría esta fase de mi vida por nada.

Y como no habría día de las madres sin que las marcas nos hagan sacar unas cuantas lágrimas, les comparto este video de Huggies que me parece increíble. Lograron que una mujer ciega pudiera experimentar de una manera muy especial el ultrasonido de su hijo.  Feliz día a todas, en donde sea que lo pasen.

https://www.youtube.com/watch?v=fNSUjPmH5-c

 

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