El regalo de ser tía

Después de nueve meses de espera, el 21 de septiembre por fin conocí a Pedro. Y ahí estuve yo, su tía, presente desde el primer día de su existencia en esta Tierra. Pedro es el hijo de mi hermana, que ya por el simple hecho de ser hijo de una de las personas que mas amo en esta vida, él ya era demasiado especial para mi incluso sin conocerlo. También se convertía en mi primer sobrino y por consecuencia en el primer primo para mis hijas.

El proceso de conocerlo fue muy emocionante, no sólo porque no supimos el sexo hasta el día del parto, sino también porque la fecha tentativa de su nacimiento era muy cercana a la fecha que yo volaba de Estados Unidos (en donde vivo) a México. Creo que lo único que le pedí a ese bebé las últimas semanas, era que se quedara en la panza de su mamá hasta que yo llegara. Soy fiel creyente de los decretos, y decreté que nacía hasta que yo estuviera en México.

Las que viven lejos de sus familias pueden entender muy bien este sentimiento de angustia de perderte de las cosas más importantes para tu familia. No podía ni imaginar el no poder estar tomándole la mano a mi hermana durante las contracciones, de ser testigo de su emoción, de conocer en su primer día de vida a mi sobrino.

Pedro no sólo me esperó, sino que me dejó gozar a mi hermana un par de semanas embarazada. Para lo que yo no iba preparada era para que me robara el corazón para siempre. Jamás imaginé lo que ser tía te hace sentir. Aunque ya tengo dos hijas, el amor a un sobrino, es prácticamente tan grande como el de ser mamá, con la ventaja de que como tía puedes consentirlo mucho más. El rol de tía es el de amar como una mamá, consentir como un abuelo y escuchar como una amiga. Si creo que es uno de los mejores regalos que nos tiene preparados la vida.

Hoy más que nunca vivir lejos de mi familia hace que me duela el alma. Pensar que la próxima vez que vea a Pedro va a ser cuando tenga tres meses, y que voy a tener que pasar varias semanas conformándome con verlo por el teléfono. Hoy la distancia es más difícil que nunca porque Pedro ya se quedo con un cachito de mi alma.

Gracias hermana mía por traer a Pedro al mundo. Por hacer con su presencia de este mundo algo mejor.

Deja una respuesta

Suscríbete a mi Newsletter!

Únete y no te pierdas ningún post, consejos, y mucho más.

Te has subscrito de forma exitosa!

Send this to a friend