Aunque no hay datos comprobados, algunos textos dicen que existe una tribu en África, Los Himba, que cuentan la fecha del nacimiento de un niño el día en que fue “pensado” por su mamá.
Cuando esta mujer decide tener un hijo, se sienta debajo de un árbol hasta que pueda escuchar y sentirse conectada con la canción que acompañará a su hijo el resto de su vida.
Junto con su esposo canta esta canción para poder concebir, y así esa canción acompaña al bebé no sólo en su bienvenida al mundo sino en cada momento importante de su vida. Su tribu le canta esta canción hasta el día de su partida, para que siempre recuerde de donde viene y a donde va.
Esta tradición me parece divina, y sea cierta o no, así sea sólo una leyenda, me parece una increíble inspiración.
Así que si estás pensando embarazarte o te acabas de enterar, te recomiendo escoger una canción, una que de verdad te remueva cada célula del cuerpo, una canción que te conectará con tu bebé todos los días por el resto de su vida.
Cuando escuché la canción de María y Jimena, supe al instante que era esa. Literalmente me escogió. Iba camino a una de mis revisiones durante el embarazo, y casualmente puse una estación de radio en español, porque en ese entonces vivía en Estados Unidos, y cuando la escuché literalmente sentí electricidad en todo mi cuerpo. Empecé a llorar sin razón y desde ese día, esa ha sido su canción.
A la fecha la cantamos juntas, y es increíble la sensación de paz que les brinda. Una simple canción se convirtió en algo nuestro, en algo poderoso que me acerca a ellas. Algo tan nuestro, que compartimos las tres desde que estaban creciendo dentro de mi. Quizás en su adolescencia no van a querer escucharla y menos que yo se las cante, pero algún día esa canción las hará vibrar y recordar todo el amor que he sentido por ellas desde el día que me las imaginé, aún cuando yo ya no esté en este plano.
Para Juliana casualmente o coincidentemente escogí una canción del mismo cantante. Había muchas que me gustaban, pero mis hijas insistían que «esa» le encantaba a la bebé.
Así que al igual que con mis otras hijas, esta canción nos acompañó todo el embarazo, en mis meditaciones, en la sala de operación para la cesárea y sobre todo cuando Juliana pasó unos días en el hospital después del evento que pasamos. Cuando le ponía la canción en la terapia intensiva su ritmo cardiaco se calmaba. Las dos sabíamos que esta canción nos conectaba y aunque estuviéramos separadas unas horas físicamente nuestra conexión trascendía la materia.
Escojan su canción, y denle espacio a la música para ser parte de sus embarazos, lograrán momentos de conexión que no cuestan nada y son los que de verdad se quedan en el alma.
Si les sirve de inspiración aquí les comparto las dos canciones que son parte de nuestras vidas. Cierren los ojos y disfruten
One Comment
Idalba Dugarte
julio 12, 2020 at 3:56 pmParte de las técnicas de Armonización Prenatal, es ésta, escoger y cantar una canción a tu bebé.
Una huella imborrable…una impronta emocional.