Agradezco infinitamente su edad en estos momentos de cuarentena. La verdad no me imagino cómo serían estos días si fueran un poco más grandes o adolescentes. Teniendo que rogarles que dejen su celular para poder conectar un rato o comer juntos. Pedirles que salgan de sus cuartos para ayudar en la casa. Convencerlas de leer un libro o aprender un nuevo hobby, en lugar de estar haciendo videos en Tik Tok todo el día. No me imagino sentada explicando matemáticas o biología, y frustrada de no entender lo que les piden en las tareas del colegio, en lugar de dejarlas ser, crear, imaginar y jugar.

Así nos tocó hoy, estar juntos todo el día en la etapa de desarrollo más importante de sus vidas. Su primera infancia. Y de lo que estoy segura después de estos casi 50 días, es que la mejor escuela esta en el hogar, en las vivencias, en las experiencias.

Gracias por hacer tantas preguntas al día, por toda su curiosidad, por su inocencia y creer que de verdad tengo la respuesta a todas sus dudas. Gracias por que en esta cuarentena he aprendido no sólo de pájaros, de insectos, del cuerpo humano y del universo, sino he aprendido a observarlas mucho más.

Sé que aunque hay días que ya no pueden más y quieren salir a abrazar a sus primos, a su abuela, por un helado o al parque, me han demostrado que son unas verdaderas maestras en el arte de adaptarse.

Gracias por esta grandísima lección de resiliencia, sencillez y calma que nos están dando. Porque aunque desde antes de esto no nos gustaban las prisas, hoy más que nunca nos estamos gozando de muchos momentos despacitos. De poder leer cuentos las veces que queramos, de bailar y cantar mucho, de hacer castillos en la sala, de pintar y ensuciarnos. De mojarnos abajo de la lluvia y brincar como si hubieran charcos. De comer más helado de lo normal, y ver más películas de las que habían visto toda su vida.

Gracias por enseñarnos que en la sencillez están los placeres más grandes de la vida. Por demostrarnos que no necesitan nada material, mas que nuestra presencia.

Gracias por recordarme que el lugar donde más se aprende es en la casa, porque el amor, la empatía, la solidaridad, no se aprende de la misma manera allá afuera. Gracias por contribuir tanto en hacer la comida, lavar su ropa, recoger, limpiar. Por hacerme notar con sus palabras tan directas y honestas que me veo cansada, pero por otro lado preocuparse y decirme que me van a ayudar para que pueda descansar. Aunque yo sepa que esa ayuda generalmente implica más trabajo para mi.

Gracias por llevarme al límite también, porque me hacen recordar que soy humana, que no tengo porque hacerlo bien todo el tiempo y sobre todo porque me hacen ir muy adentro de mi, y descubrir que tengo mucho camino por recorrer.

Gracias por esas noches de masajitos, de comernos a besos y ataques de cosquillas, de escucharlas agradecer a Dios por la vida, por la salud y por estar todos completos. Gracias por querernos tan bonito a mi y a su papá.

Gracias por ser las mejores hermanas mayores, su presencia es un regalo en la vida de Juliana. Y gracias a ti Juliana por que nos ayudas a vivir el momento presente TODO el tiempo. Gracias por iluminar la cuarentena con tus pasos acelerados, tus carcajadas, tus palabritas y tus bailes que nos derriten de amor.

Todos los que tenemos hijxs en la primera infancia, aunque es agotador, somos unos afortunados. Porque la magia que tienen a esta edad, nos hace estar más presentes que nunca. No hay tiempo casi ni para respirar, pero hay oportunidad de conectar y de disfrutar de las cosas más sencillas, de volver a lo esencial.

Llegará el día en que todos volvamos a salir a las calles, a empezar poco a poco a hacer una vida normal, y entonces veremos atrás los regalos que nos trajo esta cuarentena, y en algunos momentos hasta vamos a querer regresar el tiempo donde nada más importaba que estar juntos y sin prisas. Y que nunca se nos olvide que los verdaderos maestros en esta cuarentena son nuestros hijxs.

Feliz día del niño mis niñitas